textos míos = MAGARISMOS

textos de otros = GENIALIDADES

miércoles, 9 de abril de 2008

Abrileando el 9

...


Si en el curso de una discusión o un simple diálogo, nuestro interlocutor muestra poseer conocimientos más profundos del asunto, un amor certero por la verdad, mayor entendimiento que nosotros, o demuestra poseer mayores virtudes espirituales que nos dejan en la sombra, podremos entonces disfrazar nuestra indigencia de espíritu y borrar de un plumazo todas esas superioridades si nos tornamos groseros y humilladores, y volvernos así, instantáneamente, superiores a él. Y es que la grosería vence todo argumento y eclipsa cualquier espíritu. Toda grosería no deja de ser una apelación a la bestialidad. (Schopenhauer)


Amamos la estimación no por ella misma, sino sólo por las ventajas que nos aporta. (Helvetius)


A Sócrates en una de sus múltiples discusiones le insultaron. Le preguntaron por qué no se incomodaba después de aquellos insultos. Su respuesta fue: “No; pues lo que dicen no tiene que ver conmigo”


Un colega mío me contó que estaba en un centro de desintoxicación y todas las semanas les hacían unos análisis de orina para ver sino defraudaban el régimen antidrogil. En aquella ocasión, le metieron en el cuartito para que llenara su frasquito y pudieran realizarle dicho estudio, pero justo en ese momento, él no tenía ganas de mear así que fue a la cocina a beber una cantidad de agua considerable, para cumplir, cuanto antes, con el mandado. Una yonki rubía y delgadísima se le acerco y le soltó: Qué de agua bebes tronco, qué asco me estás dando.


Si quieres triunfar: oculta tus talentos y ensalza lo menos chirriante que te muestren. Haciendo ver que no eres más virtuoso que ellos, enseguida, te ofrecerán apoyos y favores. (Magarismo)


Dalí le dijo en una ocasión a Oscar Tusquets Blanca: La obligación de crear algo revolucionario, absolutamente novedoso, que no tenga ninguna relación con lo hecho hasta ahora, es una de las razones del absoluto desastre del arte moderno; la otra es la pereza.
Por los clavos de Cristo, que razón tenía el maestro.